Página 13 - Revista Comerciar N 76

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Informe Pyme
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INDUSTRIA
en estos doce años.
Posiblemente por eso, en un período caracterizado por
menor demanda, caída en las inversiones, atraso cam-
biario, fuerte presión fiscal y suba de costos, los em-
presarios aprovecharon el Día de la industria para de-
batir las bases de un nuevo modelo de producción y
desarrollo industrial sustentable que pueda achicar la
brecha productiva y tecnológica entre la Argentina y
los países más desarrollados del mundo.
Si hay una certeza que muestra la experiencia en los
países más avanzados, es que el proceso de industriali-
zación es el aspecto más dinámico del desarrollo.
"Un verdadero salto en la competitividad requiere am-
pliar la frontera tecnológica del país y achicar la bre-
cha que lo separa tecnológicamente del resto del mun-
do", coincidieron los industriales presentes, tras pre-
sentar una serie de propuestas para impulsar no sólo la
inversión productiva sino para mejorar la calidad de la
inversión, "que es una deuda pendiente".
En primer lugar, debemos resaltar que, cuando se ha-
bla de competitividad, se está haciendo referencia a la
pérdida de rentabilidad. Es necesario acentuarlo aun-
que alguien puede señalar de modo correcto que esa
pérdida de rentabilidad no es el total de la pérdida de
competitividad, pero si habrá de reconocer que forma
una parte importante de la cuestión.
Surge muy claramente el impacto de la presión fiscal
sobre la producción de las PYME como limitante de la
rentabilidad. Es esa intricada maraña impositiva que se
verifica a todos los niveles (nacional, provincial y local)
parte sustancial de los menores recursos con los que
cuentan las PYME para llevar adelante proyectos, ya
sean de inversión, de exportaciones, de innovación y
modernización o de sustitución de importaciones.
Entonces, una primera y radical medida a tomar es lle-
var delante de modo urgente una reforma tributaria
que sin generar el "desfinanciamiento" del sector públi-
co, libere recursos a las PYME para que éstas, pese al
débil financiamiento con que cuentan, puedan aplicar
los recursos a acciones que mejoren la competitividad.
El planteo no fue casual. La industria, especialmente la
PYME, atraviesa una coyuntura compleja, acumulando
24 meses de caídas consecutivas en su producción. A
eso se suma el menor crecimiento mundial, las deva-
luaciones en países como Brasil y China y el menor
crecimiento del principal socio del Mercosur.
Obviamente que hay otros aspectos de singular impor-
tancia en materia de infraestructura, en mejoras en el
acceso a los planes oficiales para acceder a tecnolo-
gías e innovaciones y dar paso a una sustentabilidad
ambiental de la industria. Pero la cuestión fiscal ha to-
mado una relevancia inusitada como restricción al de-
sarrollo de la competitividad industrial.
La Industria PYME (aunque en este caso debemos su-
brayar los Industriales PYME) sí están en condiciones
de llevar adelante planes y proyectos de mejora de la
competitividad. La política pública tiene la palabra.
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