Página 33 - Revista Comerciar N

Versión de HTML Básico

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ÉSTOR
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ABINOVICH
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OCENTE DE
CAME
EDUCATIV
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Algunas reflexiones
Conversar. Es todo un desafío. Salir del clima de
acusaciones y encontrar una vía de conversación, a
partir de mínimos consensos, que no deriven
siempre en cargar de responsabilidad a un solo
miembro, más allá de lo que le corresponde.
¿Hay culpables?En una familia con historia, que
asumió el compromiso de gestionar y hacer crecer
un emprendimiento en familia, ¿puede una sola
persona ser responsable de sus males? Quizás, la
capacidad de salir de la búsqueda de un culpable y
transformar esta situación en un intento de pensar
temas, sin cargar las tintas en uno solo, aporte
algún grado de racionalidad y permita construir un
futuro común.
Buscar soluciones. Mirar hacia atrás, reprocharse lo
que se hacemal, no conduce a nada, salvo enrarecer
el clima de trabajo. La empresa familiar requiere
armonía en el nivel de la familia y concretar la
rentabilidad en lo empresarial. Por lo tanto, el foco
debe estar en la búsqueda de soluciones y no en
reprocharse el pasado, que sólo debe ser útil para
aprender cómo hacer las cosas mejor, no para
destruirse.
Fijar reglas. Si no se definen reglas comunes, cada
uno se va a manejar por su cuenta. Es como si en
vez de conformar un equipo como empresa familiar,
se tratara de un conjunto de monotributistas, donde
cada uno hace lo que le parece. En ese sentido, el
protocolo de familia es un enorme aporte, no solo
por lo que se resuelve, sino porque incita a conver-
sar, lo cual es en sí mismo saludable.
Y la culpa es de…
Sin dejar de lado las responsabilidades de cada uno
y sus características, que pueden propiciar aportes
negativos o positivos, lo significativo es transformar
esto en un tema de conversación, tratando de no
poner énfasis en las personas sino en esos mismos
temas, para encontrar soluciones de mutuo acuerdo.
También hay que intentar que el funcionamiento no
se reduzca a un mundo de buenos o malos, que sólo
genera estereotipos. Es necesaria una flexibilidad
mínima y la capacidad de comunicarse con libertad,
confianza y respeto, para quienes están hoy en la
empresa y las generaciones que vienen. Porque se
predica con el ejemplo.
Es un desafío salir del clima
de acusaciones y encontrar
una vía de conversación, a
partir de mínimos consensos.